
Minerva 11 | IV ÉPOCA | 2009
ERNESTO SÁBATO, SEAMUS HEANEY, JEAN STAROBINSKI, JEAN DUBUFFET, ALLAN SILLITOE, EDUARDO ARROYO, JUAN CALATRAVA, AGNÈS DE GOUVION SAINT-CYR, ÁNGELA MOLINA, ANTÓN PATIÑO, WALTER MARCHETTI, CESARE LOMBROSO, LUIS FERIA, ROGELIO LÓPEZ CUENCA, JORDI DOCE, SANTIAGO AGUILAR
Brassaï
Agnès de Gouvion Saint-Cyr, miembro de la Fundación Henri Cartier Bresson e Inspectora general de la Delegación de Artes Plásticas del Ministerio de Cultura de Francia, nos acerca en este texto a una faceta poco conocida de la obra del fotógrafo –de origen húngaro y parisino de adopción– Brassaï: su atracción por los graffiti trazados sobre los muros urbanos. Las fotografías que acompañan estas páginas son muestra del trabajo en color que realizó Brassaï en torno a los graffiti entre 1930 y 1958.
El muro como ready made
A lo largo de toda la historia del arte, la pasión del artista por el muro ha sido tan intensa que en ocasiones le ha impedido darse cuenta del engaño del cual es víctima. Del esplendor desvanecido de la piedra, de su fondo tangible y verídico, surge una selva de figuras azarosas, ídolos, animales, señales, revoluciones… Pero el muro también funciona como un plano virtual al que se supone infinitamente transparente y absorbente. En nombre de la auténtica fidelidad, es deber del amante rebelarse contra quien le exige de manera tan abusiva. El resultado de ese idilio es el arte, la representación creada por un ser humano fiel como mentira.
1.000 palabras sobre el muro
¿Por qué están los muros tan cargados de expresividad? La magia del muro se vincula a la memoria profunda. Parece reflejar la deriva informe de la pobreza, el devenir de huellas convulsas, el latido de la guerra, rastros y vestigios emocionales, el paso del tiempo como naufragio. Todo permanece tatuado en un soporte paralelo: compañero de nuestra precaria verticalidad. El animal simbólico, como ser alzado, encuentra en el muro un testigo decisivo. El muro avanza en el horizonte de una incierta travesía existencial. Material-memoria, como escribió José Ángel Valente. Muro como relato donde el impulso del azar traza una constelación de signos inquietos.
Zaj
El grupo Zaj –creado en 1964 por Juan Hidalgo, Walter Marchetti y Ramón Barce y al que posteriormente se incorporarían otros creadores como Esther Ferrer o José Luis Fernández Castillejo–, constituye una referencia ineludible del arte avanzado en nuestro país.
Uno y el universo
En su visita al CBA el año 1997, el escritor argentino Ernesto Sábato nos dejó estas reflexiones acerca de la escritura, la política y el estado actual del mundo, que ahora recuperamos. El autor de Sobre héroes y tumbas puso el acento sobre la dicotomía entre el arte y la actividad deshumanizadora de la ciencia, afirmando que lo único que puede salvar «este siglo atroz que va a terminar atrozmente es volver al pensamiento poético y al arte».
Libertad, poder y asilo de la ignorancia
La psicología cognitiva es uno de los campos de las ciencias sociales contemporáneas más activos, innovadores y sorprendentes. Sus descubrimientos contradicen la evidencia cotidiana de un modo similar a como la sociología decimonónica transformó nuestra forma de entender la historia y la vida en común. Sin embargo, no es menos cierto que muchas de estas investigaciones de apariencia política roma ocultan tras una impenetrable capa de tecnicismos una intensa sintonía con el estatu quo. Por eso Jean-Léon Beauvois es un científico poco común. Se trata de uno de los psicólogos sociales europeos más importantes de las últimas décadas –algunos de sus experimentos aparecen en cualquier manual especializado– pero, además, muchos de sus escritos poseen un filo crítico infrecuente.
FREE CINEMA
El Free Cinema, movimiento cinematográfico surgido en 1956, introdujo una estética realista en el cine británico, a través de historias cotidianas que conectaban con la dura realidad social del momento. Entre sus componentes se contaban, entre otros, Karel Reisz, Tony Richardson o Lorenza Mazetti, quienes plantearon en sus películas historias muy distintas de las que mostraba el cine de Hollywood o la escena británica. Minerva reúne, en este dossier especial en torno al tema, un coloquio entre sus principales protagonistas; una entrevista con el poeta y novelista Alan Sillitoe, cuyas obras La soledad del corredor de fondo y Sábado por la noche, domingo por la mañana se adaptaron para crear dos de las películas emblemáticas del movimiento; un artículo de Santiago Aguilar y tres manifiestos de los llamados Angry Young Men (jóvenes airados).
Arte, genio y locura
El estudio de la relación entre arte, locura e inadaptación social tiene una historia no siempre honorable y compasiva. Uno de sus hitos fundamentales es la obra de Cesare Lombroso (Verona, 1835-Turín, 1909), padre de la criminología e inspirador de distintas corrientes intelectuales reaccionarias y antidemocráticas de principios del siglo XX. Lombroso fue pionero en el estudio de las derivas estéticas de la enfermedad mental. Muy en particular, realizó un importante esfuerzo por recopilar el arte producido en asilos y manicomios, lo que luego dio en llamarse art brut. A continuación, proponemos una antología fragmentaria del análisis lombrosiano de la tríada arte, genio y locura procedente de dos obras inéditas en castellano: Genio e follia (Brigola, Milán, 1872 y 1882) y L’uomo di genio in rapporto alla psichiatria, alla storia ed all’estetica (Bocca, Turín, 1894).
Mi vida como escritor y el héroe picaresco
Prolífico escritor y poeta, Alan Sillitoe nació en Notingham, Inglaterra, en 1928, en el seno de una familia de clase obrera marcada por una miseria de tintes dickensianos. Una tuberculosis contraída en las filas de la Royal Air Force le reportó una modesta pensión que le permitió dedicarse a su verdadera vocación: la escritura. Aunque él siempre ha desdeñado la etiqueta, se le ha considerado parte del grupo literario de los Angry Young Men (jóvenes airados) y las adaptaciones cinematográficas de dos de sus obras más conocidas, el cuento La soledad del corredor de fondo y la novela Sábado por la noche, y domingo por la mañana, se convirtieron en dos clásicos del Free Cinema. Minerva recupera la conferencia que pronunció en 2002, durante su visita al CBA.
Psicopatología de la expresión
A lo largo de la década de los setenta J. Neugebauer dirigió una colección iconográfica que recogía obra plástica creada por enfermos mentales ingresados en distintos centros psiquiátricos europeos. La colección, titulada genéricamente «Psicopatología de la Expresión» y editada en España por los laboratorios Sandoz, consistía en una serie de carpetas con reproducciones de la obra de distintos pacientes y comentarios de los psiquiatras que les habían tratado. A continuación, reproducimos algunos fragmentos y obras correspondientes a dos de los casos clínicos publicados.
Manifiestos del Free Cinema
Minerva recoge tres de los manifiestos del movimiento cinematográfico Free Cinema, que expresaban las principales características de su ideario fílmico, y fueron firmados por Lorenza Mazzeti, Lindsay Anderson, Karel Reisz, Tony Richardson, John Fletcher y Walter Lassally.
Une fôret d’affichage
A lo largo de su ya amplia carrera, Rogelio López Cuenca (Nerja, 1959) ha empleado diferentes medios, técnicas y soportes en la gestación de una obra nada autorreferencial, volcada siempre hacia lo común (ya sea el espacio público, el lenguaje o los signos de cualquier tipo), que se presenta gustosa en el ágora para su debate y plantea cuestiones de interés en torno a la relación entre artista, público e instituciones. En este artículo, parte de la figura de Honoré Daumier para explorar la infiltración de la propaganda en los medios de comunicación y en el espacio urbano, y las consecuencias de esta penetración para las prácticas artísticas en general, y para aquellas que se pretenden provocadoras o antagonistas en particular.
Por una psicología de la multiplicidad
En marzo de este año, el historiador y crítico literario Jean Starobinski (Ginebra, 1920) recibió la Medalla de Oro del CBA. Starobinski ha desempeñado un papel esencial en la revolución de la historia de las ideas y la teoría cultural que se ha producido en los últimos sesenta años, con estudios indispensables y de una calidad literaria extraordinaria sobre figuras como Rousseau, Montaigne o Saussure y temas como la melancolía o la Ilustración. Profesor emérito de la Universidad de Ginebra, miembro de varias academias europeas y americanas y doctor honoris causa en numerosas universidades, Starobinski continúa trabajando y publicando con gran intensidad.
Luis Feria
Resulta difícil, casi impracticable, la entrada a la obra del poeta canario Luis Feria si se ha dejado definitivamente atrás al niño que fuimos. Y no sólo por la pérdida de la capacidad de juego, o por la despreocupación de la mirada, que se posa sin objetivos ni flechas, gratuitamente. Pareciera como si la normalización…
Elocuencia y libertad1
Hay que remontarse a Tácito y a su Diálogo de oradores1, a Longino y su Tratado de lo sublime2, si se busca dilucidar la primera formulación de una idea que los escritores europeos de la época clásica y del siglo XVIII discuten con frecuencia: no puede haber elocuencia sino en las ciudades libres; la elocuencia degenera y desaparece en los estados sometidos.
2 Capítulos XXXVI-XLI. Sobre el «tacitismo» consúltese J. von Stackelberg, Tacitus in der Romania, Tubinga, 1960.
3 Capítulo XLIV.
Vanidad de vanidades, todo es vanidad
El pintor, ilustrador y escenógrafo Eduardo Arroyo aborda, en el siguiente artículo, uno de sus temas más queridos, el de las vanitas –denominación tomada del Eclesiastés: vanitas vanitatum omnia–, un tipo de bodegón compuesto de elementos simbólicos ligados a la fragilidad de la vida, como calaveras, flores secas, fruta podrida, relojes o velas; símbolos que Arroyo reinventa, dotándolos de su estilo inconfundible. «Tengo mucho interés por la desaparición, la cancelación, las lápidas, los monumentos funerarios», afirma Arroyo; interés que corroboran los dibujos –apenas exhibidos o inéditos– que acompañan sus reflexiones.
Seamus Heaney
En el arranque del ensayo que abre el volumen de su Prosa Selecta, Seamus Heaney anuda con rotundidad los dos ejes sobre los que ha basculado su escritura: «Quisiera comenzar –dice– con la palabra griega omphalos, omphalos, omphalos, hasta que su brusca y declinante música se convierta en la música de alguien bombeando agua en nuestro patio trasero».
La voz del equilibrio
La cita es a media mañana en el hall de entrada de un hotel de Gran Vía, a unos pasos del estruendo y la prisa del tráfico y también de las idas y venidas de los huéspedes que gritan y arrastran sus maletas y dejan caer sus llaves en recepción. Pero nada inquieta la parsimonia del poeta irlandés: corpulento y afable, más delgado que en fotos recientes, los labios finos, los ojos achinados y risueños, se sienta de espaldas a la calle y espera la primera pregunta con tensión disimulada, el cuerpo encogido, las manos trabadas en un solo puño. Después del esfuerzo de la lectura, hace sólo unas horas, la entrevista es un epílogo al que se somete sin queja, atento a lo que él llama «el sentido de la ocasión», el respeto que merece cada momento del día. Se oyen titubeos, risas pensativas, y la voz surge grave y cálida, capaz de hacerse oír entre el ruido ambiente; capaz, como un buen poema, de llamar la atención sobre sí misma sin estridencias.
Miracle
Poema inédito en versión bilingüe del poeta y Premio Nobel irlandés Seamus Heaney, con traducción de Jordi Doce.
MUROS
Poco después de la Segunda Guerra Mundial, Clement Greenberg escribió: «El primitivismo del que tan a menudo se acusa al arte moderno es, en realidad, algo muy distinto de lo que parece ser. No representa un retorno a un estado mental primitivo, sino una reevaluación y una reapertura del pasado de la que sólo son capaces los artistas más eruditos […] y que atraviesa barreras sociales y de estatus como jamás antes lo hizo el arte oficial. Expone por primera vez ante nuestra respetuosa mirada las efusiones gráficas espontáneas, el arte lumpen de las clases bajas urbanas […] otorgándole un papel estético, al igual que Marx descubrió y otorgó al proletariado un papel político». En efecto, el arte occidental ha tardado varios siglos en reencontrarse con algunas de las raíces de esa originalidad de la que tanto se ha preciado. Una parte significativa de la historia de las vanguardias puede entenderse como una sofisticada búsqueda de lo que de espontáneo conservaba el arte bajo una espesa masa de momificaciones estéticas. Así, el arte no institucionalizado, inscrito en los muros de nuestras calles sin mediación crítica, llegó a convertirse en una apreciada herramienta conceptual.
En este sentido, es reveladora la atención que el fotógrafo Brassaï (1899-1984) dedicó al graffiti a lo largo de toda su vida. El cronista fotográfico de la vida social y artística de París durante sus años dorados desarrolló una obra paralela, incesante y profunda, dedicada a retratar las inscripciones en los muros. «¿Qué curiosidad me ha llevado desde hace veinticinco años a buscar, rastrear y captar en los suburbios de París estas obras anónimas, gastadas y efímeras que parecen nacer al azar en las paredes?», se preguntaba Brassaï. «¿No será justamente la curiosidad que incita a todo el pensamiento contemporáneo a remontarse hasta las fuentes más antiguas y primitivas del arte?». A analizar esta faceta está dedicado el artículo de Agnès de Gouvion Saint-Cyr que forma parte de este dossier.
Pero si hay un nombre ineludible en este proceso de recuperación de las formas artísticas más crudas es Jean Dubuffet (1901-1985), inventor del término «art brut» y pionero de la teorización del grado cero del arte, de los graffiti y los garabatos en muros y aceras. El artículo de Dubuffet que aquí reproducimos tiene un enorme valor metodológico, en la medida en que propone una defensa radical de la utilidad artística de los materiales cotidianos y la espontaneidad creativa no institucionalizada y ofrece una respuesta a las críticas ortodoxas a su pintura.
El dossier se completa con un artículo de la crítica de arte Ángela Molina acerca de los distintos papeles que ha asumido el muro en la historia del arte, con particular atención al último siglo, y un sugerente texto del artista Antón Patiño en torno a la capacidad expresiva de las paredes: «La magia del muro se vincula a la memoria profunda. Parece reflejar la deriva informe de la pobreza, el devenir de huellas convulsas, el latido de la guerra, rastros y vestigios emocionales, el paso del tiempo como naufragio».
El autor contesta a algunas objeciones1
En 1946, Dubuffet escribía para el catálogo de su exposición Mirobolus, Macadam & Cie., Hautes Pâtes, que tuvo lugar en la Galería René Drouin de París, este apasionado alegato a favor de sus procedimientos pictóricos y sus materiales, que tiene mucho de apología de lo cotidiano y común frente a lo extraordinario o escaso.